Un trabajador formal del régimen general gana hoy, por lo menos, S/. 11,250 al año, equivalentes a 15 sueldos mínimos: 12 mensuales, 2 gratificaciones y 1 compensación por tiempo de servicios. Los del nuevo régimen laboral juvenil recibirán solo S/. 9,000, es decir S/. 2,250 menos.

Un trabajador formal del régimen general tiene derecho a un mes de vacaciones y, si no las toma, debe recibir el pago por ese tiempo, que con sueldo mínimo equivale a S/. 750. Los del nuevo régimen laboral juvenil solo tienen derecho a la mitad del tiempo o del dinero, es decir S/. 375.

Un trabajador formal del régimen general tiene derecho a recibir un porcentaje de las utilidades de su empleador, los del régimen laboral juvenil no.

Si un trabajador formal del régimen general tiene un hijo menor de 18 años, tiene derecho a recibir 10% del sueldo mínimo cada mes, es decir S/. 900 al año. Los del régimen laboral juvenil, no.

Si un trabajador formal del régimen general es despedido, tiene derecho hasta a 90 días de indemnización por año trabajado, lo que con sueldo mínimo equivale a S/. 2,250 por año. Los del nuevo régimen laboral juvenil solo recibirán hasta S/. 500 por año, es decir S/. 1,750 menos.

En otras palabras, los derechos que el nuevo régimen laboral juvenil deja de reconocer respecto al régimen general significan, por lo menos, que estos trabajadores “cuestan” S/. 2,625 menos al año, S/. 3,525 si tienen hijos, S/. 5,275 si además los despiden arbitrariamente, y sin contar utilidades. Es decir, 7 sueldos menos: mano de obra (más) barata, casi esclava.

En resumen, el nuevo régimen laboral juvenil significa que nuestros derechos se conviertan no trabajo digno que promueva el desarrollo del país, sino en más dinero en el bolsillo de unos pocos.