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Una mirada marica al gabinete Zavala

O de cómo nuestros derechos ahora dependen fundamentalmente de Marisol Pérez Tello y Patricia García

Publicado: 2016-07-15

Leo a machonas y maricas sumamente críticas a la designación de Marisol Pérez Tello en Justicia y Derechos Humanos porque, pucha, va a boicotear el matrimonio igualitario, ni siquiera con la unión civil nos va a apoyar... Y, cómo les explico, a mí eso es lo último que me preocupa. Incluso, teniendo en cuenta cuán jodidas estamos, hasta con cierto agrado veo a la pepecista.

Me explico: recuerdo que hace años, cuando Alberto Beingolea presidía la comisión de Justicia en el Congreso y tenía en la congeladora (y con bastante hielo encima) el proyecto de acciones criminales motivadas en discriminación (crímenes de odio), ella firmó una carta solicitando priorizar su debate en comisión. Lo siguiente que supe fue que miembros de su partido se aliaron con el lobby evangélico homofóbico y le dieron un estate quieto tan grane que al año siguiente, cuando ella presidió Justicia y le tocó sustentar el dictamen ante el Pleno, se mantenían todas las causales de protección que inicialmente habíamos redactado, todas excepto orientación sexual e identidad de género, y ante el reclamo de nuestros aliados espetó que su inclusión se trataba de un "debate ideológico" que no correspondía al Legislativo. La moción de nuestra restitución en el proyecto se sometió a votación y, como era de esperarse, perdimos: 56 votos en contra, 27 a favor y 18 abstenciones. La de ella fue una de las 18. Y entones negociamos la fórmula finalmente aprobada: mejor ninguna causal explícita antes que todas excepto las nuestras.

Meses después nos encontramos en un foro y, como correspondía, le reclamé el retroceso. Ya no recuerdo bien qué me dijo, pero sin duda mencionó que era mejor una ley así a ninguna, y obviamente coincido, pero no sean conchudas, pues, que a la única gente a la que eliminan de todo proyecto somos nosotras, y cuando buscamos una salida que nos vulnere menos (en este caso eliminar todas las causales de protección) no pretendan que aplaudamos como focas. Pero, bueno, además de eso también mencionó que el Plan Nacional de Derechos Humanos que el Ejecutivo nacionalista tenía pendiente aprobar podía ser una oportunidad de avance. Y como Humala es Humala, cuando el Plan 2014-2016 fue finalmente aprobado, resultó que había metido tijera a todo, y con las maricas la tijera fue tan grande que nos eliminó del todo. Meses después usó la misma tijera en el Plan Nacional de Educación en Derechos y Deberes Fundamentales al 2021. Así que recordándole sus palabras a Marisol, ahora tiene la oportunidad no solo de hacer cumplir sus palabras respecto a la "oportunidad de avances", sino también enmendarle la plana al pronto expresidente. Es decir, lo mínimo que puede y debe hacer es restituirnos en ambas políticas de Estado. Y esa debería ser la base para que el presidente electo lidere un programa nacional contra la homofobia, programa que no necesita un solo voto del Congreso y sí mucha voluntad política.

Claro, entiendo perfectamente el desánimo porque con Pérez Tello no habrá ni matrimonio ni unión civil, pero en realidad eso poco tiene que ver con Pérez Tello y tampoco tiene importancia alguna. Si el Congreso se ha negado sistemáticamente a proteger explícitamente nuestras vidas durante los últimos 15 años, y el fujimorismo ha sido uno de los principales operadores opositores, ¿por qué hoy que hay muchísimos más fujimoristas tendríamos que esperar que actúe distinto y se vuelva tan de avanzada que, además de proteger nuestras vidas, proteja también nuestras uniones y las reconozca como familia? Ese razonamiento no solo es absurdo, sino que además es hasta frívolo.

Hoy machonas, tracas y maricas tenemos gravísimas urgencias que poco tienen que ver con unirnos y mucho con (sobre)vivir, con siquiera seguir vivas. Y frente a ello hay mucho, muchísimo que se puede hacer desde el gabinete Zavala. Por ejemplo, implementar los estándares internacionales  de derechos humanos LTGB a los que el Perú se ha obligado (Justicia), dejar de mentir y dejar de hacer oídos sordos frente a las observaciones periódicas de la ONU y la CIDH sobre nuestros derechos (Cancillería), capacitar a los policías para que dejen de agredirnos y por fin empiecen a garantizar nuestros derechos, e investiguen a nuestros agresores para que sean efectivamente sancionados (Interior), implementar la educación sexual integral científica y laica, así como programas contra el bullying homofóbico (Educación), instaurar programas de capacitación e inclusión laboral especialmente para personas trans (Trabajo) y empezar a responder como se debe a la epidemia del VIH (Salud).

Y es justamente por la extrema urgencia de esto último que me entusiasma mucho el nombramiento de Patricia García en Salud. No solo es un cuadrazo de la salud pública, sino que además es de las pocas personas que tiene clarísimo qué pasa con la epidemia y, por lo tanto, qué hay que hacer según toooda la evidencia científica. Porque en Perú, después de más de una década de tratamiento antirretroviral gratuito y universal en Perú, la epidemia sigue matando cada día a 3 personas, 2 de ellos travestis y gais, en una época en la que las tecnologías médicas son suficientes para que nadie más muera de sida. Así las cosas, su sector tendrá que aumentar la actual cobertura diagnóstica para travestis y gais de alrededor del 5% a por lo menos el 80% que Onusida recomienda para detener y empezar a revertir la epidemia, en un contexto en el que el 55% de casos nuevos de VIH se da en nuestras comunidades, pero por cada sol invertido en el tema solo entre 3 y 8 centavos se dirigen prevención y diagnóstico en nuestros cuerpos. En resumen, su gestión puede -literalmente- salvarnos la vida.

Desde luego no todo es felicidad y esperanza. Ana María Romero en Mujer y Poblaciones Vulnerables es una clara amenaza a avances chiquitos, pero avances al fin y al cabo, como la reciente institucionalización de la mesa de trabajo sobre derechos de las lesbianas. Su gestión durante el gobierno de Toledo se caracterizó por meter a la congeladora el enfoque de género y, por el contrario, gestó un Plan Nacional de Apoyo a la Familia 2004-2011 orientado a promover el matrimonio entre varones y mujeres para que el país tenga familias estables. Y todo bien el matrimonio heterosexual y la estabilidad familiar, pero uno esperaría otras cositas del Ministerio de la Mujer, ¿no? Por ejemplo, que proteja la vida de las mujeres. Digo...

Lo otro es el extraño concepto de paridad del PPKausismo, porque paridad ofrecieron sin que nadie la espere de ellos, y no me parece muy paritario un gabinete con 12 hombres y solo 5 mujeres, una de ellas además claramente conservadora. 

Regresando a los derechos de machonas, tracas y maricas en el próximo gabinete... Sí, pues, no es el escenario soñado, pero tampoco es que el país haya votado por él. El de PPK será un gobierno liberal y moderno en lo que cabe, en un país en el que lo más moderno que conocemos son los edificios de San Isidro. Y allí el reto de responder a las urgencias del reconocimiento de nuestra condición humana y ciudadana está claramente en las carteras de Marisol Pérez Tello y Patricia García. Y en pocos días sabremos si estarán a la altura. Yo, contra lo que podrían suponer, sospecho que sí, pero veamos...


Escrito por

Gio Infante

Activista marica, periodista sadomasoquista y antifujimorista.


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