Se equivoca, señor ministro: la Plaza de Armas no es zona rígida. En 2005 el Tribunal Constitucional declaró inaplicables por inconstitucionales las disposiciones de la Municipalidad de Lima que la consideraban así. Pero el asunto de fondo es otro.   

Imaginemos que la Plaza sí es zona rígida, ¿eso justifica la represión policial contra una vigilia pacífica en memoria de los muertos por homofobia?, ¿justifica que le den un porrazo a un chico con tanta fuerza como para dejarlo inconsciente en el piso y con la cabeza rota? 

A eso sumémosle lo ocurrido hace unas horas en Cusco, donde policías golpearon y detuvieron a dos travestis ecuatorianas a las que en llevaron esposadas a la comisaría y hasta las amenazaron con bañarlas con agua fría, y todo porque no estaban vestidas "como machos". ¿Qué zona rígida nos va a sacar ahora? 

Lo único rígido que veo acá es la homofobia policial, homofobia que parece usted encubrir sin ningún empacho. Y me molesta enormemente porque tenía esperanzas en usted. Confieso que incluso pensé que un bando policial que quería deshacerse de usted y sus reformas estaba atacándonos tan intensamente a propósito para que las locas también pidamos su cabeza. Pero ahora ya no sé...

Si realmente quiere frenar la homofobia policial, deslinde enérgicamente, ordene una investigación inmediata, sancione ejemplarmente a los culpables, emprenda medidas que eviten la repetición de estos hechos. Por ejemplo, incorpore los derechos humanos LTGBI en la currícula de formación y actualización policial, dicte un protocolo de actuación respetuoso de nuestra dignidad y derechos, modifique el Régimen Disciplinario de la Policía para que la violencia homofóbica sea considerada falta grave sancionable con el pase al retiro.

Tantas cosas que puede hacer y no se le ocurre nada mejor que decir que el problema fue permitir la vigilia fujimorista, cuando en estos días permitirla sin violencia parece ser lo único que han hecho bien. Me explico: los fujimoristas, los activistas LTGBI, absolutamente todas las personas tenemos todo derecho a usar y disfrutar la plaza, a expresarnos en ella, a hacer vigilias por los nuestros. El problema no es ese. El problema acá es la homofobia. La homofobia policial contra la que usted aún no es suficientemente claro, que aún usted no enfrenta, que parece encubrir. ¿Va a enfrentarla? ¿Sí o no?